jueves, 18 de junio de 2009

Bagua

Sí. Los que secuestraron policías y terminaron asesinándolos, deben ser enjuiciados y condenados. Sí, los que acabaron con la vida de varios manifestantes, también deben ser castigados, con la ley en la mano. Los medios de comunicación que no pueden ser más que cajas de resonancia del discurso de quienes tienen el poder, sea político, sea económico, deben ejercer algo de autocrítica (esto ya es más difícil, creo, desconfío de ellos). La ministra del interior debe ser destituida, de acuerdo, y el gabinete en pleno renunciar. García... no, este señor está enfermo. Del Congreso tampoco digo nada, porque esta patética sarta de payasos es lo más lejano que existe de la realidad nacional. Estoy de acuerdo con todo ello. Pero también creo que crímenes como estos pueden ser explicables si es que nos miramos un poquito también a nosotros mismos, si hacemos un ensayo de introspección. Un Estado como el que tenemos, unas autoridades como muchas de las que nos gobiernan, un congreso como el que soportamos, se explican por nosotros. Porque no nos importa que se mate a la gente y se robe y se corrompa, si es que se hace "obra". Porque el autoritarismo y la fe en la mano dura y la disciplina militar nos vienen desde mucho antes, por eso salimos un domingo a la plaza de armas a aplaudir a los niños de inicial que con ropa de camuflaje y metralletas de juguete en mano desfilan a los acordes de una marcha militar. Porque confundimos disciplina con rigidez y obediencia ciega; patriotismo con odio al vecino; lealtad con complicidad; solidaridad con limosna. Porque el mejor colegio es el que se llena de gallardetes ganados en desfiles a punta de "marcialidad" y horas de clase perdidas. Porque es mejor alumno el que no osa dudar de lo que el maestro dice, porque nos suenan a esperanto conceptos como espíritu crítico y capacidad analítica. Porque es fácil diferenciarnos del hombre rural, simplemente llamándolo "hombrecito". Porque no nos importa rebajarnos hasta la humillación para recibir ayuda de los "programas sociales". Porque pedimos mejoras salariales y el respeto a nuestros derechos y justicia, y en casa tenemos a una "muchacha" a la que no le pagamos el sueldo mínimo vital y no tiene un puto día de descanso mensual, ya no digamos semanal. Porque jamás entendemos que el que recibe la coima es tan corrupto como el que la da. Porque no nos importa si lo que es "justo" para nosotros es injusto para otros. Porque nos parece hasta divertido acelerar nuestro vehículo para pasar por un charco y dejar a la gente mojada. Porque nos jode que la gente del serenazgo desaloje y hasta se quede con las cosas de los ambulantes, pero somos los primeros, cuando hay paro o movilización, en reventar sus puestos y dejar todo regado por el suelo, eso si es que no nos las llevamos. Porque... Cuando el delincuente Fujimori recibió una sentencia ejemplar, hace poco, algo de optimismo frente a un Perú que podía ser viable me embargó. Hoy soy pesimista.